domingo, 17 de febrero de 2013

EL YOGA QUE PRACTICO


[Todas las fotografías presentadas en este artículo fueron realizadas por Mirjha Gotopo. Año 2012]

 Un día, sumido en una situación personal, una amistad, se me acercó y me comentó sobre las experiencias que se encontraba viviendo por medio de la práctica del Hatha Yoga y me invitó a probar para ver si eso me podía servir de ayuda. Así me acerqué, con esa idea. Tod@s nos acercamos a la práctica del Hatha Yoga con una determinada idea. Resulta que esa idea es sólo una apariencia, una ilusión, lo que nos mueve hacia la realización de la práctica viene desde nuestro interno, es nuestra luz en busca de su liberación. Esta es una de los aspectos  que me he encontrado.
 Otra enseñanza es, el yoga que estuvo al inicio conmigo no es como el que vivo actualmente. Nada es permanente. Por otro lado, descubrí que no es sólo la forma externa de la postura lo importante, también lo que ocurre dentro, en  lo interno y la interacción con el entorno.  

Con la idea de exponer acerca del yoga que practico, que enseño, inicio por lo siguiente, en el libro Yoga Integral, su autor Haridas Chaudhuri comenta textualmente lo siguiente, con respecto al Hatha Yoga,  el cual es el yoga que trabaja con el cuerpo directamente.




 Sin embargo, esta misma insistencia en los aspectos corporales, que llega incluso, en ocasiones, hasta la idolatría, constituye también el principal defecto del Hatha Yoga

No nos quedemos atrapados en la forma, es el aspecto menos relevante en la práctica, sin dejar de ser importante, las posturas no son una exhibición, eso no es yoga.
 Preguntémonos, por ejemplo, ¿qué le pasa a la mente en esa condición? ¿Cuál es el sentir del espíritu? ¿Es posible meditar en ese estado? Cualquier otra interpretación que se quiera dar a la forma, que no sea el manejo de las energías que se mueven en la postura, no es lo que trato de comunicar, no está contemplado en mi objetivo de la enseñanza del yoga.
Otra enseñanza que he recibido  es: el yoga es un arte y una ciencia simultáneamente, cuando lo practicamos somos  artistas y científic@s. Busco vivencias de experiencias por medio de mí ser, mi espíritu, la creación experimenta a través de mi conciencia, de mi espíritu.

A manera de ilustración, cuando un artista hace una obra, sólo él sabe, que quiso expresar desde lo más recóndito de si, las opiniones de los observadores pueden o no coincidir con la intención del que ha creado ese arte.
Lo más conveniente es no suponer, tener prudencia, ya que esto nos puede conducir a interpretaciones erradas. Tengamos cuidado con nuestros egos. Observa la obra sin emitir juicios, conéctate con la esencia, no con la forma.

Cuando hago  asanas estoy haciendo arte, estoy labrando, esculpiendo, construyendo, un nuevo ser, libre del estado ilusorio, es autoconocimiento.

Practica, practica, para que tú vivas tu propia experiencia, para que desarrolles tu propio arte.

Es conveniente recordar siempre, lo siguiente, existen tantos yogas como personas hay practicando en el Universo y todos son igualmente importantes. Todas las representaciones de una misma postura son válidas, lo que las diferencia es el sentir y la vivencia del que la experimenta  

No olvidemos, el mejor yoga es el que nosotros podemos hacer, de acuerdo a nuestras condiciones externas, internas, físicas, de mente, de cuerpo, de espíritu, en cada momento presente, todo va cambiando de un presente a otro
 El mejor yoga, no es el que hace el otro o la otra, ni el que yo hago, ni el que aparece en revistas o en libros, tu yoga , ese es el mejor para ti. Profundiza en tu práctica personal.

De hecho, una de las cosas que recomiendo es no leer libros de yoga al comienzo, primero practicar, practicar, desarrolla tú propia vivencia y luego lee todo lo que quieras, para que  después compartas esas experiencias expresada por el autor del libro, con la tuya, ambas expresiones del yoga son válidas.

Si queremos sentir el yoga, practiquemos, practiquemos, todos los días, observemos nuestra conducta permanentemente y observemos cuando no estamos siendo congruentes con la práctica. Pensamiento, acción y palabra en resonancia, en armonía, para buscar el equilibrio en el  atman.

Atman es cuerpo, mente y espíritu.

También he aprendido que el yoga es una forma de vida y como tal debemos asumirlo, la práctica trasciende el shala, el lugar de práctica, debemos llevarlo a todo espacio y lugar donde nos desplacemos, si es sincera nuestra vinculación con el yoga.

Cuando realizo  los asanas en clase, tienen el objetivo de incentivar a l@s  participantes para encontrar maneras de desarrollar los mecanismos adecuados  para el logro y disfrute de ese nivel de conciencia, o de diferentes niveles de conciencia. 
En cada asana se abren múltiples niveles de conciencia. El conocimiento y saber que he obtenido, no puedo tener  ninguna limitación en darlo. Cuando estoy dando la clase mi entrega es plena y total, es de corazón a corazón, es mi servicio hacia ti, a tu ser de luz, es mi práctica de Karma Yoga,  es la práctica tuya y de tod@s .


 Debemos crecer juntos, yo con ustedes y ustedes conmigo.  No creo que podamos avanzar solos. Soy un servidor, un facilitador, mi crecimiento depende de las personas que están recibiendo la enseñanza.

Mi práctica está basada en el amor. Con mi nivel de exigencia no busca limitarte, ni impresionarte, cuando dicto la clase, para mí no hay ningún tipo o clase de discriminación, ni en lo físico, ni mental, ni  espiritual.
Quien debe seleccionar es el que recibe la clase, porque es necesario para su protección personal. 
Realiza y ejecuta lo que consideras, de acuerdo a tú conciencia, que puedes hacer en este momento, porque ese es tu yoga, dale tiempo  al proceso de maduración y cambio para ir alcanzando los diferentes escaños, tu yoga irá cambiando, también tú cambiaras, irá transformándose y también tú. No existe un yoga permanente, él va cambiando contigo, tampoco existe un tú permanente.

No es necesario tomar riesgos en la realización de las posturas, no es el objetivo del yoga

En mi caso, hay posturas  que puedo realizar, hay otras que no he podido hasta ahora, así que las limitaciones, tuyas y mías, son compartidas, sin embargo eso no me descalifica ni merma mis potenciales, y en concordancia también es válido para ti.

No somos mejores, ni peores por poder realizar o no, tal o cual postura, tenemos que ir más allá de la forma, si nos quedamos allí haciendo cualquier tipo de comentario, bien sea positivo o negativo, haciendo cualquier clase de interpretación que se nos pueda ocurrir, simplemente estamos extraviados de lo que es la esencia del yoga, hay que trascender la forma, la dualidad, debemos movernos más allá del bien y del mal.

Enseño el  asana que manejo y entiendo, con el que me he compenetrado.
Él que he logrado ejecutar, ha sido a base a la constante observación,  dedicación, constancia y perseverancia. Sin importarme la hora a la que la práctico, puede ser en el día, en la noche, en la madrugada, puede llevarme minutos, horas, días, años, eso no es lo importante, lo que importa es el proceso invertido para desarrollarla, la vivencia, donde no sólo está implicada la forma de la postura como tal, es un todo, forma, mente, espíritu, entorno, planeta, universo, cosmos, infinito, creación.

A veces me he encontrado con la energía de la postura, la ejecuto, de pronto pierdo el contacto con esa energía, ya no logro sacar la postura,  no la puedo hacer de nuevo, entonces comienzo su búsqueda otra vez, no siempre logro encontrarla. En ese instante comprendo que en alguna parte de mi, la energía espera por ese nuevo encuentro, Debo hacer los cambios necesarios desde lo más recóndito de mi ser, para que ese evento suceda.

Creo que si  nos fijamos, con plena conciencia, en una determinada postura y la desarrollamos a su máximo nivel de conciencia pura, es decir la conciencia observando la conciencia, la respiración, el sentir, la vivencia, podremos armonizar nuestra energía y nuestros estados de conciencia para así abrir el camino hacia múltiples formas y posturas. 

No soy un faquir, no práctico yoga para exhibirme, ni para impresionar, lo hago para encontrarme con el yoga y poder en algún momento decir, realmente estoy practicando yoga.

Actualmente estoy en la fase de construir ese camino, el cual no es nada fácil, se que todavía falta mucho por recorrer. 

Cuando afirmamos que hacemos yoga, tal vez somos un poco pedantes, un poco ligeros, aunque no de manera consciente o intencional. Es conveniente revisar si de verdad lo hemos logrado, preguntarnos ¿estoy meditando en cada postura?  
Si logramos alcanzar ese nivel de meditación pleno en el asana, podemos afirmar que estamos haciendo yoga. Allí no termina todo, ya que, después de hacer, tenemos que ser.

Practico para la búsqueda del autoconocimiento, para lograr amar incondicionalmente a todos los seres sin ningún distingo, para romper la ilusión 

de que soy algo aparte de ti y de los demás, para sentir que tu pena es mi pena y que tu felicidad es mi felicidad, para comprender y sentir que si daño a mi prójimo, me hago daño a mí mismo, para hacerme consciente de mis  potencialidades, para ser útil a mí, así como a los más cercanos y a los más lejanos, con igual intensidad. 
Romper esa apariencia de la lejanía, del aparte, del otro. 
Para servir.
Para llegar a ser yoga, donde no hay diferencia entre lo que hago y lo que soy.
Para conocer mi origen, para saber mí presente, para saber hacia dónde me dirijo, encontrar el mapa de mi existencia, para encontrar la historia de mi existencia, el viaje de mi alma. 
Para entrar en la vivencia de que tú y yo, somos la misma esencia, sólo somos Él.

Sigamos el camino del yoga. No nos dejemos atrapar por el maya, la ilusión. No nos dejemos cegar por la visión limitada de nuestros egos. 









                                      Edgardo Leal







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